Soledad, hasta donde me atormentarás?...
Extraño sentir tus dedos sobre mi rostro,
tus besos, tus abrazos, extraño tu silueta
la cual llenaba de caricias,
me hace tanta falta que existas...
Me duele demasiado esta soledad,
que me sigue donde vaya,
porque no puedo amar a nadie más,
que de la promesa que nos hicimos ya no queda nada...
Así son mis días, sin nadie a mi lado
admirando como el tiempo se me va diluyendo,
siguiendo con el destino que Dios me ha impuesto,
de seguir siendo el hombre que se muere por tener en su cuerpo una caricia y un beso...
Se me pasa la vida sin compartir
todo el amor que aún tengo,
sin entregarme por completo
por miedo a quedarme solo... De nuevo.
Fernando Alberto Rodriguez.