sábado, 6 de marzo de 2021

Ay Argentina, como dueles...

 Cada vez se me cae la cara de vergüenza, por tratar de hacerme la vista gorda y no reaccionar ante todos los atropellos, maltratos, que somos sometidos diariamente.

La falta de coraje que inste a otros sumarse  una lucha, a una protesta para que mejoré la situación actual, digo falta de coraje, porque parece que los aumentos constantes en todos los productos, parece ser naturalizada en estos tiempos que da miedo pensar en ir en contra de esta corriente condescendiente.

Al escuchar la marcha de San Lorenzo, es imposible no derramar una lágrima al recordar al general San Martín, que tanto lucho por defender esta tierra, si ahora reviviera, estoy seguro que el mismo arrasaría todo para volver a empezar y tomar el camino correcto que nos lleve a un futuro, a una esperanza de mejor país.

Me duele estar sentado, mirando hacia un costado, cuando podría estar reaccionando y así desencadenar un grito tan estruendoso que le llegue a todos mis compatriotas, logrando un intento de rebelión de los mansos.

Soy solo una pequeña e  ínfima porción de la población. La cual espera por una vida mejor, por un futuro para nuestros hijos o simplemente un simple y silvestre ser humano que aún tiene los valores bien claros y desea inculcarlos a sus descendientes hereditarios.

No deseo esta Argentina, me duele demasiado vivir esta época de decidía, aunque hay una esperanza que esta asomando, es el grito de varios hermanos, que va haciendo eco en la sociedad, al parecer pronto se ira expandiendo como las ondas que se ven cuando se lanza una piedra  un estanque. No nos subestimen, que el agua del estanque es tranquila, hasta que alguien lanza una piedra tan pequeña que puede ser tomada como una nimiedad, sin embargo ese pequeño y dramático acto, desencadenará un enorme tsunami que puede derribar las bases existentes para volver a empezar.



Fernando Alberto Rodriguez.