Lejos y cerca de todo…
Considerando que se cierra un año más, que sigue el que
viene, que seguirá el otro y así, en un
devenir como pocos, en un tiempo apocalíptico, con la pasión de un Cristo
convertido en mundo, con todo lo óbice que trae aparejado la aldea global.
Seguimos adelante, llevando una cruz que no es nuestra, pero
que se nos fue tirada encima con pegamento, llevándonos a todos con la pesada
carga, tratando de no claudicar cada vez que se hace más cuesta arriba.
Así terminamos este año, con crisis económicas, políticas,
sociales, como pocas, el mundo se prepara para parir una nueva era, quizás más
democrática, quizás más equitativa o quizás como es, como la que vivimos, tan
desigual que provoco que haya indignados contra el sistema conocido.
El devenir es incierto, no hay futurología, no hay cartas de
Tarot que me hagan tener certezas sobre lo que sucederá, lo único cierto es que
vivimos en un caos asimétrico entre los que tienen y los que no tienen, con sus
respectivos cambios y virajes que conllevan el futuro sin serlo.
La humanidad jamás pensó en tener todo lo que tiene, en todo
sentido de lo bueno a lo malo, porque hay cosas muy buenas, como también hay
cosas malas.
Como paso con Argentina en el 2.001, como sucede en varios
países, todo lo que está pasando en el mundo es como un deja vú para los argentinos, hay un modelo que está
fracasando y los países europeos tratando de salvar a sus bancos sin percatarse
que sin la gente, la que realmente hace un ajuste a sus bolsillos, es que la
mueve a la economía, ellos se olvidan que los cargos que ocupan es para darle
representación al pueblo.
Tan cerca del 1 de Enero y tan lejos de una verdadera
solución a mediano plazo, veremos que sucede con este mundo, veremos si
sucederá lo mismo o que, quizás, cambio, solo, un poco.
Fernando Alberto Rodríguez Fernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario