Les negamos el futuro a nuestros hijos...
Hoy se realizaron las elecciones nacionales por la presidencia de la nación, en donde no solo se jugaba la idea de un país diferente, hoy se perdió la posibilidad real de sentar valores para erigir una República.
Hay mucha gente buena en el país, llena de valores, de ilusiones, de progreso mental y económico, y del otro lado hay personas que fueron negadas por el sistema, regalandoles migajas por años, solventando su comida diaria, sus vicios, llenándolos solo de una visión diaria de solventar las necesidad más básicas a costas de otros.
6 millones de personas económicamente activas solventan el letargo de 14 millones, esta "ayuda" que se les da, es como una obligación delegada de un estado inoperante que pretende que estos seres somnolientos sigan recibiendo el dinero sin trabajar, sin hacer nada.
Un país así es inviable, pensar en un futuro para nuestros hijos es, sencillamente, imposible, pues somos el hermano mayor que mantiene una casa llena de desocupados, donde trabajamos para solventar sus gastos, sin derecho a una vida que vaya acorde a nuestro sacrificio.
Más allá de esta "inviabilidad" sobre el país, hay un agravante, la fórmula que ganó en las elecciones, está conformada por un tipo que criticaba a quien ahora es su vicepresidente, la ex presidenta, ahora vicepresidente, tiene causas por corrupción que llenan los juzgados, y aún así la votaron, dejando de lado la ética y dando paso a una moralidad de dudosos valores.
Estoy hastiado, triste, incluso con bronca, una mezcla de sensaciones de ver que mis sobrinos perdieron una oportunidad de tener un país con un futuro soñado.
Esta democracia me daña, nos daña, porque estoy seguro que hay millones de personas que comparten los mismos valores, la familia, el respeto por el otro, el amor a la patria, la verdad, la justicia, como dije una vez, que mentira más grande es la democracia, pues un grupo de personas elige lo que es mejor para todos, sin embargo estamos todos en el mismo barco, ahora será capitaneado por una corrupta y un hipócrita.
Moralmente me siento dañado, porque siento que nos han robado la gran posibilidad de llegar a ser la República que estamos destinados a ser.
Argentina, un país tan rico naturalmente, como si Dios hubiese puesto todas las riquezas naturales en su extensión, no es más que un paraíso lleno de personas que tienen anomia y otras que intentan inculcarle a sus hijos valores.
¿Qué podemos esperar? si se ha elegido, para gobernar, a la más alta figura de corrupción, dejen de lado los valores, la moral, la ética y los códigos.
Se dice que los ciudadanos tienen el país que se merecen, déjenme ser un inmerecido, déjenme creer que los valores que cargo conmigo son viables, que son compartidos por la gente de bien que busca un futuro mejor, un progreso, que busca la felicidad de sus seres queridos y suya misma.
Déjenme segregarme, separenme junto con los que deseamos un porvenir de progreso, paz, y valores.
Cuando estemos juntos es nuestro deber velar por la República, porque el amor a la Patria me hace ser así, porque no puedo traicionarme, pues traicionaría la lucha de personas que dieron su vida por este país, traicionaría sus memorias, pisotearía este compromiso de ser argentino.
Fernando Alberto Rodriguez.
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