No desgastaremos nuestros labios...
Mi mano quedo levantada
acariciando la nada,
desperté del sueño donde te encontraba,
donde pude, por fin, tocar tu cara...
Mis labios quedaron entreabiertos,
mordiéndose así mismos,
sintiendo lo que no puedo sentir
al tener este vacío tan presente...
Cada día renuevo el sentimiento,
el deseo de abrazarte, tenerte, amarte,
me voy perdiendo y divagando en la realidad,
fantaseando con encontrarnos para jamás dejarnos...
Mientras tanto seguiré esperando,
por las caricias que no podemos darnos,
durmiendo solo sin ti a mi lado,
esperando el milagro del beso negado...
Fernando Alberto Rodríguez Fernández.
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