Historia...

Historia...

Él guarda en su memoria varias experiencias,
escondidas detrás de puertas que contienen sus respuestas...
Trataré de describir con palabras lo que vi,
como un espectador privilegiado en primera fila atestigüe su sufrir...
La noche caía junto a la melancolía,

el día se apagaba y el sol se dormía,
y él caminaba bajo el manto de la ciudad que lo envolvía...
Su paso era como el de un herido, pero la noche cubría ese defecto,
su mirada era triste, como desolada, y sus manos temblaban..

La risa de su boca se borraba, la fígura del dolor lo acosaba,
en sus mejillas corrían lágrimas del recuerdo del pasado con su amada...
De pronto llega a su casa, entra, se recuesta en su cama,
comienza por dar vueltas buscando la manera,
de poder burlar la tristeza...
Completamente exhausto balbucea,
recrea de manera absurda la escena en donde él y ella se dejan...
Algunas gotas se desprenden de sus ojos,
en su sueño demuestra su despojo... Verlo sufrir es doloroso...
Con sus manos intenta sostener el aire,
apresuradamente intenta expresarse,
se ahoga como si se asfixiará,
al intenar murmurar que jamás la olvidará...
De repente en su vida una luz aparecía,
era el despertar de nuevo con el sol,
y así tratar de encontrar la felicidad,
que ayer se le nego y hoy encontrará...
Y su vida seguirá aunque el no quiera intentar
volver a empezar, volver a sanar,
en las manos de alguien que lo pueda llenar
y curar ese vacío que le dejo sin amar...
La respuesta se encuentra en su forma de pensar,
de sentir, de soñar, en su forma de expresar...
Lo que en esta historia quise contar
no es más que... Mi vida en realidad...

Fernando Alberto Rodríguez...