Tenia una cita... contigo.
Quedamos como siempre, en encontrarnos al día siguiente,
quede en esperarte hasta que el día se extinga,
hasta que la noche termine en un amanecer naranja,
en un nuevo día donde renuevo mis esperanzas...
Llegue como siempre y me senté a esperarte,
miraba el reloj y las horas eran eternas,
por ti me quedaba sentado, estático,
mirando las estrellas morir, mirando el cielo oscuro volverse marfil...
El tiempo no pasa, tu rostro y tu voz
van y vienen en mi corazón,
es un vaivén de emociones cada vez que recuerdo
que el estar enamorado es estar... tan pendiente... de ti.
Me olvide de mi por estar pensando
en que es mejor pensar en lo que puede suceder
si llegas en algún momento,
si decides venir a buscarme, si decides... venir por mi...
Ven y mira las estrellas conmigo,
que el cielo se ilumine con pequeñas luces,
que mis brazos te rodeen, que mi voz te susurre,
ven y quédate conmigo, ven que nuestra cita debe ser así...
Sigo esperándote donde quedamos,
en el sitio donde habíamos puesto un horario,
llegue temprano, porque... al parecer
tu... no has llegado.
Fernando Alberto Rodríguez Fernández.
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