Por qué debo olvidarte...
Más de una vez me he preguntado si es correcto recordarte, si me es inherente tenerte tan presente a pesar de tu ausencia, de tu silencio perenne...
No espero porque vuelvas, ya te haz dado el tiempo suficiente para dar una vuelta entera al mundo, si quisieras encontrarme solo ve de nuevo al lugar donde me dejaste...
Mil preguntas sin respuestas quedan en el aire, una tras otra se refuerzan entre ellas confirmando lo que es tan evidente, que el único que no acepta la verdad soy yo.
A veces hay que aceptar la derrota, convivir con ella, saborear que el quedarme solo no es solo una opción, es una realidad, y al hacerlo comprenderé que es mejor caminar hacia el mañana sin ti...
Cada paso que de será mirando hacia adelante, tratando de no voltear para ver si apareces, no dejaré más pendientes, pues seguir procrastinando la oportunidad de conocer a alguien, que de verdad desee caminar a mi par, es sólo porque soy un obstinado.
Solo Dios sabe lo que he sufrido y llorado, lo que le he pedido cada noche en mi cama, parece que mis ruegos se perdieron entre mi almohada y sabanas, pues jamás volví a saber de ti...
Ten la plena certeza que tengo una excelente memoria, a veces quisiera reiniciarla, empezar de nuevo, borrando u omitiendo que alguna vez te prometí amarte hasta que mi vida desaparezca...
Que Dios te de lo mejor de la vida, que seas feliz donde quieras que estés y con quien estés, ya he dado más de lo que pensé que podía dar, pero mi paciencia tiene un límite y hasta aquí he llegado esperando por el milagro que aun no llego ni llegará...
Te esperaré en el eterno retorno al que esta sometido el tiempo, seguramente nos cruzaremos de nuevo, y cuando lo hagamos, jugaremos el mismo juego, repitiendo las mismas acciones, donde al final volveré a quedarme, de nuevo, solo.
Fernando Alberto Rodriguez Fernández.
