jueves, 17 de junio de 2010

Hambre de Gloria...

Hambre de Gloria...
En estas fechas, y cada cuatro años se juega el mundial de futbol,
el deporte que es adoptado por la mayoria de los paises,
el deporte que une y desune a regiones dentro de un mismo pais.
En estas ultimas fechas, en estos ultimos y primeros partidos que vi,
con los resultados a favor de un pais, de una seleccion,
pude apreciar la falta de diversion que hay en ellos,
y el logro de ganar un partido, se festeja como si se hubiese
ganado el mundial.
La hiperbole con la que se festeja, nada tiene que ver
con la realidad, dado que solo es un simple partido,
pero como paso en ulteriores casos,
es un partido en donde un pais se ve reflejado.
Es simple y sencillo dramatizar sobre el final
de un partido mundialista,
pero es al mismo tiempo loable
pensar que una alegria hace falta siempre.
Los seleccionados dejan todo en la cancha,
dejaran todo por quedar tallados en la historia,
en la memoria de todos los que pueden ver
y disfrutar de la copa.
No es la excepcion a ningun pais, todos quieren llegar,
solo que uno se quedara con el trofeo,
no importa ser segundo, lo importante
es ganar.
Argentina, un pais futbolero como ninguno,
ha encontrado en el futbol esa identidad
que ningun gobierno pudo realzar,
porque seguimos divididos,
seguimos siendo ese crisol de razas en un pais aluvional.
Pero, con una misma pasion, una misma ilusion,
una misma manera de entender al mundo del deporte,
como ningun otro pais del mundo,
somos argentinos, somos pasion en si mismos.
Cada vez que se gane un partido, cada partido es un festejo,
cada festejo es una muestra mas
de la necesidad de unirnos y celebrar,
porque la sociedad argentina esta dividida
de manera muy marcada, con estamentos solidos.
Como cuando Mandela unio a Sudafrica con el Rugby,
como las copas mundiales nos unieron en un festejo
interminable, asi tambien queremos que nos vuelvan a unir,
porque tenemos hambre de gloria,
queremos ser protagonistas y poner de nuevo
el nombre de Argentina en la historia.
Fernando Alberto Rodríguez Fernández.

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