Una máquina de hacer pobres...
Cuando el estado de bienestar cayó en la década del 70,
por consecuencia de la crisis del petroleo,
los ajustes en la economía de un país
llegaron para quedarse, en menor o mayor medida
hay que ajustarse al bolsillo para administrar lo que se tiene.
Últimamente en Argentina se empieza a hablar de ajustes,
de achicar el gasto público, de socavar la perdida
y el despilfarro sin medida que se tiene de las arcas publicas.
Estos ajustes recaen en la sociedad y golpea, especialmente,
a las clases mas pobres, acostumbradas a recibir
del estado de bienestar una ayuda
para satisfacer sus necesidades básicas.
Pero esta ayuda no alcanza, pues la economía no camina
y las personas con escasos recursos hacen maravillas
para darles de comer a sus hijos, mandarlos a la escuela,
y tratar de sobrevivir como sea.
Solo se trata de vivir en un país que tiene a la sociedad
de clases en una clara rigidez,
por un lado la clase alta, ricos, por otro la clase media
con todo lo que eso conlleva, con sus variantes
que los que están en esta categoría pueden ir hacia arriba
o hacia abajo, dependiendo de las oportunidades
y de la forma de acceder a ellas que puedan tener,
al final esta la base de la pirámide, la clase pobre,
heredadas de los mismos padres que no pudieron resolver como salir de ella.
No porque no quisieran, simplemente el mismo sistema los echo para atrás.
Esta enorme masa de pobres, de gente que no pudo
acceder a una educación de calidad,
ni tampoco pudo lograr estabilidad económica,
es de la que se valen los sindicatos,
de las que se aprovechan los punteros políticos,
que solo ven un número sin fin de gente
que esta insatisfecha con el sistema.
Se valen de agudizar lo que se sabe de sobra,
las cosas no van bien, el dinero no alcanza,
la educación es peor cada vez, y la desvalorización
de los valores sociales básicos se han visto olvidados
por el paso a otros valores que dejan mucho que desear.
Los pobres son necesarios, eso es indudable,
una clase que lucha solo por vivir,
no espera ahorrar en dolares para viajar a fin de año,
solo quieren parar la olla el día de mañana
y servirles un plato de comida en la mesa a sus hijos.
Muchas personas se preguntan por que los pobres
tienen muchos hijos, quizás la respuesta es que es lo único que tienen,
por lo único que cada día se levantan para luchar,
para conseguir el dinero y sobrevivir.
El hastío que siento por la utilización de los pobres
cada vez que se los invoca para que pongan la cara
en contra de un gobierno que no pega ni una en el tema económico,
es tan inconmensurable que no se con que poderlo comparar.
En tanto y en cuanto el sistema social-político-económico no cambie,
los pobres serán esa clase olvidada del resto de la pirámide,
serán la carne del cañón que alimenta a los políticos inescrupulosos
que roban todo cuando están en el poder y se olvidan del pueblo que los voto.
Estas gentes tienen que ser así, es necesario que los dirigentes políticos los tengan así,
embrutecidos a lo largo de los años, para que no piensen
en un futuro ni tengan una planificación sobre sus vidas ni las de sus hijos,
para que sigan cambiando su voto de confianza por una bolsa de alimentos,
o simplemente porque se les promete una asignación familiar.
Es menester que esto acabe de una vez, que los pobres tengan las mismas oportunidades,
que se las puedan crear, que todos larguen de la misma linea,
con el paso del tiempo se verá si este progresismo idealista
es verosímil y veremos si con educación de calidad,
mejores salarios y una forma de entender que el mundo
puede ser mucho mejor que en el que vivimos,
podrá dejar enterrado esa convenencia que da asco
de los políticos y su maquinaria de hacer pobres.
Fernando Alberto Rodríguez.